Muchas veces la ciencia comete lo que
es llamado un error acertado. Este error
consiste en formular una hipótesis errónea
que luego de paso a una investigación más
profunda sobre el tema.
Aunque no es algo que-abunde, si que hay claros ejemplos, como el de
Jean-Baptiste Lamarck y su teoría evolucionista.
Dicha teoría decía que el entorno cambia,
las formas de vida luchan por adaptarse continuamente a las nuevas exigencias
de su hábitat, estos esfuerzos modifican sus cuerpos físicamente, y estos
cambios físicos son heredados por la descendencia.
Es decir, que la evolución que proponía la teoría de Lamarck era un proceso que se sostiene en un concepto llamado herencia de las características adquiridas: los padres transmiten a los hijos los rasgos que adquieren a partir de cómo se relacionan con el entorno.
Aunque su teoría era
errónea,
sirvió de fuente de
conocimientos
e inspiración para que
años después
el naturalista ingles,
Charles Darwin,
sacase un libro titulado El
origen de las
especies
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